Aquella fogata

Esta mañana, mientras cortaba el cesped, me entró una pestaña al ojo. Verla en la yema de mi dedo, sumado al aroma del pasto, me transportó al pasado, a aquella fogata con mis primos... Juntamos las ramas con una mezcla de ansiedad y cautela, era la primera vez que nosotros podíamos preparar el fuego. El gran debate fue quién lo iniciaría. Gracias a una pestaña gané el privilegio de encender la cerilla. Imposible olvidar aquel sentimiento de libertad al observar las llamas, y el brillo que reflejaban en nuestos ojos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario