Lo vio de lejos. Se distinguía del resto por el gorro, aquel que ella le había regalado en su primer aniversario, tejido con sus propias manos, y que él había adoptado como parte de su cuerpo. Agradecía que aún lo usara, que lo llevara puesto más allá del frío o calor que hiciera. Gracias a identificarlo a tiempo eligió otro rumbo. Quería vivir tranquila y ya no permitiría que sus acciones ni sus palabras, cual armas, siguieran lastimándola.
¡Hola Valery! Me ha gustado mucho tu relato para el Reto cinco líneas. Aún no escribo el mío y me encanta ver cómo de forma tan singular, cada uno de los participantes va incluyendo las palabras con diferentes connotaciones.
ResponderBorrarQué bueno que has vuelto a tu espacio; yo lo intento.
¡Saludos desde Chile!
Hola Saricarmen, me alegra que te haya gustado, gracias por pasar por el blog. A mí también me encanta ver la variedad de relatos que surgen a partir de una misma consigna.
BorrarEspero leer pronto tu relato!
Un abrazo