El guiso hierve a fuego lento, desprendiendo un aroma a condimentos y a hogar. Los invitados se acercan, se les hace agua la boca. Celebrarán el regreso de Julián y Sonia al pueblo. Alguien oye el galopar de los caballos:
—
Ahí vienen! Traigan los cuencos, podemos comenzar a servir!
Un precioso relato de reencuentro. ¡Y qué mejor que celebrarlo con comida! Gracias por participar, Valery. En breve conoceremos al ganador/a
ResponderBorrarGracias a vos por tu comentario. Pasaré por tu blog para leer los otros relatos!
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